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La historia de la Casa da Toca

Los que nos seguís ya sabéis que tenemos debilidad por la historia. Por eso ya hablamos en este blog de los utensilios de cocina en el Neolítico y de los utensilios de cocina en madera en la Prehistoria. Hoy os queremos contar otra historia, concretamente la nuestra, la de este pequeño rincón de Quiroga donde se asienta nuestra casa y donde puedes visitar nuestro taller y tienda.

En lo que hoy os vamos a relatar se entremezclan la historia y la geología de manera singular. Las gentes que habitaron y habitan este territorio tienen desde antiguo una estrecha relación con los minerales. Los romanos explotaron su oro; luego durante siglos se explotó el hierro y en la actualidad se explota la pizarra. No se puede comprender nuestra historia sin entender que parte de nuestra economía giró siempre entorno a nuestra geología. En nuestro caso el hierro está en la génesis de nuestra casa, no estaríamos aquí de no ser por su presencia.

La Familia Regueiro

La siderurgia del hierro en nuestra comarca, entre los siglos XVI- XIX, era una industria floreciente que tenia, nada más y nada menos, que catorce herrerías en el territorio de lo que hoy es el geoparque Montañas do Courel. Para dedicarse a la transformación y comercio del hierro se trasladaron los hermanos Regueiro: Pedro, Domingo, Antonio y Sebastián, desde su Fonsagrada natal, entorno a 1800 a estas tierras. El primero de todos, Pedro, de profesión presbítero, figura como propietario del mazo de Soldón (Courel) en 1807. Los propietarios de la Herrería de Quintá (Quiroga), que desde 1735 eran la familia de Neira, le encomiendan la ardua labor de la administración de su herrería, cosa que hará con diligencia hasta su fallecimiento. Tras este, la propiedad del Mazo de Soldón pasa a su hermano Antonio, que además, en 1842 figura también como administrador de la Herrería del mismo lugar de Soldón. Y por contra del arriendo de Quintá pasa a hacerse cargo Domingo. La historia de este último es la que más nos interesa.

Domingo y Alonso Regueiro

Casado con la quiroguesa Dominga Macía de Vilañán, a Domingo le tocó vivir la época convulsa posterior a la Guerra de la Independencia Española que, como todos los conflictos, dejó mucha pobreza entre la población. Encontrará la muerte trágicamente a manos de la banda de Pérez, unos bandidos que fruto de la miseria actuaban en la comarca.

En veinte y uno de agosto de mil ochocientos veinte y seis se dio sepultura Eclesiástica en esta Yglesia del ospital al cadaber de Domingo Rigueiro arrendatario de la herrería de Quintá, no recibió los santos sacramentos por qe fue muerto alebosamente por una porción de Ladrones; estaba casado con Dominga Macía del lugar de Vilañán de esta parroquia de quien le quedo un hijo llamado Alonso”

Libro de difuntos de la parroquia de San Salvador de Hospital (Quiroga – Lugo)

Su hijo Alonso Regueiro hereda un patrimonio fruto de la explotación del hierro que le permitirá la reconstrucción de la actual Casa de la Toca y el origen de un extenso árbol genealógico de quirogueses/as cuyas ramas alcanzan hasta nuestros días, siendo Pablo Rodríguez parte de la quinta generación de la familia que todavía vive en el mismo lugar.

La Casa da Toca

La aldea de la Toca fue en sus orígenes una sola propiedad: A Casa da Toca, un ejemplo de arquitectura civil del siglo XIX. Reconstruida entre 1860-1880 como casa de labranza por D. Alonso Regueiro Macía. El sistema hereditario gallego hizo que con el paso de las distintas generaciones de la familia la propiedad se fuese fragmentando hasta llegar su configuración actual.

A pesar de todo, en la actualidad perviven algunos de los rasgos mas característicos de la propiedad original, entre ellos la de elementos destinados a aumentar la seguridad de los habitantes de la casa frente a amenazas externas. Como por ejemplo rejas de hierro en las ventanas y puertas reforzadas por dentro con trancas de madera que se escondían en los muros.

Croquis da Casa da Toca

Vivienda principal

Esta organizada alrededor de un patio central al que se accede por dos portalones (que no se conservan), uno orientado al este que da acceso directo a las tierras de labranza y otro al sur que da al camino y que sería la entrada principal.

Dentro de la vivienda ocupa un lugar destacado la Torre, que sería la zona noble de la casa. Es un edificio de planta cuadrada con muros de piedra, tejado de pizarra a dos aguas y voladizo. Compuesta por tres alturas, en el bajo estaría situada una dependencia a modo de despacho y una gran escalinata que da acceso al segundo piso. En este encontramos, encima de la puerta principal, un balcón volado con balaustre de hierro forjado. Este edificio esta junto al resto de dependencias de la casa: habitaciones, bodega, cocina con lareira, etc. Todas ellas organizadas en torno al patio central en cuyo centro se conserva una columna de piedra redonda que sostendría un alpendre y que es un elemento muy típico en la arquitectura rural de la zona.

Anexos

Además de la vivienda principal, en el conjunto de la Casa da Toca, existían otros edificios anexos interesantes como: la fuente, (recientemente restaurada con su piedra original); la bodega principal, (originariamente enterrada en la montaña) con su planta alta y su antebodega; el horno y el secadero de castañas. Y por último la Fragua, de construcción sencilla, que dota de una gran singularidad a nuestra casa porque no suele aparecer en las casas de labranza, (que sepamos sería el nuestro un caso único) posiblemente debido a que la familia Regueiro siguió vinculada al comercio del hierro.

Todo el conjunto de vivienda principal, anexos y fincas contiguas está rodeado por un muro de piedra que cierra la propiedad y que también tendría un portalón de cierre (que no se conserva) en su parte este por el camino que va a Quintá.

Sin duda la visita al lugar merece la pena, no solo porque se puede ver la totalidad de nuestro catálogo de productos sino porque es una ocasión de disfrutar de un lugar mágico lleno de historia.

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